De repente, el bajón… Como todos vosotros nos hemos enterado de la muerte de Pete Shelley, el incombustible frontman de Buzzcocks, una de las bandas fundamentales para entender el punk rock de todos los tiempos. Ha sido, al parecer, de un infarto en Estonia, país en el que vivía, y el mundo entero está ahora mismo destacando su legado.
Nosotros hemos sido desde siempre muy fans de esta banda británica, hasta el punto que este mismo año, en el pasado Concierto de Pasiegas de fin de curso, entonamos uno de sus himnos, ‘Ever fallen in love’, que cumple en 2018 cuarenta años (a partir del minuto 4’00»), con nuestros chavales.
Vamos a traducir unas declaraciones suyas que nos parecen dignas de ser enmarcadas, o mejor aún, talladas a cincel en la pared, y que hoy ha recuperado The Guardian. Pronto, además, lanzaremos nuestro segundo GabbaMaster dedicado al punk rock, y un par de preguntas de este gran baluarte caerán, claro. Así que a estudiar.
«No estoy interesado en tocar estupendamente. Un músico es también como un tipo de animador, y hay muchos músicos que disfruto viendo que son animadores. Pero no me gustaría ser eso, porque la cosa de los animadores es que siempre existe esa falta de honradez, que es de lo que el punk trató de deshacerse. Como no pretender ser algo que no eres. Eres justo lo que eres. El punk es un arte de acción. Se trata de decidir hacer algo y luego salir y hacerlo».
En su canción ’16 again’ cantaba: «A fin de cuentas, la vida es sólo la recompensa de la muerte».
Descanse en paz.