¡El aprendizaje es también experimentación! Y en nuestra escuela de música estuvimos ayer disfrutando de un theremin -bueno, es uno de los nombres que tiene-, que es a la música electrónica lo que las vasijas de barro a la antropología, casi una pieza de museo. Es un instrumento que se toca sin tocarlo, porque consta de dos antenas que perciben a qué distancia colocamos la mano de ellas y lo traducen en sonido (una lo traduce en volumen y la otra en frecuencia). Así, tenemos un rango de intensidades y de notas amplísimo, que nos puede servir para generar sonidos de lo más originales. ¿Recordáis el sonido que hacen los fantasmas en los dibujos animados antiguos? Ese sonido. Estuvimos explorando sus posibilidades con Chesco, nuestro profesor de Educación Musical Temprana.
Aunque pueda parecer un artilugio más curioso que musical, hay muchas canciones famosas que lo han empleado para ciertos arreglos que con otros instrumentos serían imposibles de recrear. Aquí os dejamos alguna muestra.