Ya estamos en la semana decisiva. Estamos todos entrenando para prepararnos para las temperaturas antiveraniegas de Siera Nevada, con mínimas de 8 y 9 grados. Y estamos especialmente motivados por nuestra triple (triple, a ver cuántos puede decir eso) participación en el Festival Sierra Nevada por todo lo Alto. A saber:
- Concierto de un combo de gabbaheys como preámbulo en el escenario principal
- Talleres de iniciación musical, batería, piano y guitarra gratuitos -todas las plazas están ocupadas-.
- Concierto gratuito de Raúl y Dani especial para bebés: ‘Baby’s don’t cry’.
Aunque ya hemos tocado el tema y la prensa se ha hecho eco, queremos profundizar en la idea del tercero de estos proyectos, porque al tiempo que se ha ido ensayando y preparando ha evolucionado hasta adquirir una categoría independiente que tiene futuro. Nos gustaría repetirlo, incluso grabarlo, pero el estreno absoluto, el estreno mundial al que podéis acudir, será el sábado a las 11.30 horas en el hotel Trevenque de la estación de esquí. Venid con tiempo suficiente, porque la entrada es libre hasta completar aforo.
Explicado en pocas palabras, es un concierto con un repertorio de canciones de rock en castellano adaptado a bebés. Pero es mucho más. Cada canción -incluyendo temas de Lori Meyers o Eskorbuto, de Vetusta Morla o Rosendo, de todo- ha sido minuciosamente desmontada por los dos gabbaprofes y vuelta a construir desde cero con sus melodías originales, de forma que un adulto pueda reconocerlas en su modo instrumental, pero con sintetizadores, loops en directo, instrumentación orff, para crear a partir de esas canciones ambientes sonoros y estructuras agradables al oído de un bebé. Olvídense de esos discos de canciones que sólo recrean los temas con un xilófono, porque esto nos ha crecido entre las manos hasta ser algo más profundo. ¡Nosotros estamos más que ilusionados!
¿Qué es el Método Orff?
Seguramente si te preguntamos quien era el compositor Carl Orff no tengas ni idea de quién es, salvo que hayas estudiado Historia de la Música. Pero si te decimos que fue el inventor del método Orff… Bueno, seguramente tampoco sepas de qué estamos hablando. El método Orff, presente también en nuestra escuela y en nuestras clases de iniciación musical, busca el aprendizaje de los más pequeños basándose en tres pilares: la palabra, el movimiento del cuerpo y la música a través de los instrumentos. Su inventor considera que estos elementos están relacionados entre sí, y considera que definen la música elemental.
Las actividades que forman parte del método Orff no siguen un libro de instrucciones. Al contrario que las metodologías tradicionales en la música, aquí se pretende generar una explosión de creatividad entre los niños e incluso los profesores. La palabra que mejor definiría este sistema es la improvisación.
Durante el desarrollo del método, se utiliza lo que se conoce como escala pentatónica, esto es, una secuencia musical en la que se utilizan cinco tonos (sencilla). Los niños comenzarán las clases por asociar el movimiento que realicen con valores musicales. Así, por ejemplo, en el caso de comenzar por andar, a la par que lo hacen, irán recitando lo que están haciendo. Es decir, a la par que se anda, irán diciendo an-do, an-do. De esta forma lo que se pretende es juntar música y movimiento. A medida que se vaya andando a más velocidad el niño acabará recitando los tonos a la misma velocidad.
A la par, con el tono irá siendo guiado por elementos básicos como las palmas o pisadas, hasta ir subiendo el nivel y acabar haciéndolo con instrumentos de percusión. Además los profesores podrán ir incorporando sus guitarras en diferentes tonos hasta que entre todos alcancen una base rítmica de alguna canción.
Naturalmente no se utilizan instrumentos muy complejos. La intención del método es iniciar en la música a niños, que disfruten con ello, y por consiguiente que tenga una finalidad pedagógica.
Habitualmente se utilizan los siguientes instrumentos:
- Carrillón, metalófono, xilófono, instrumentación de metal.
- Tambor, bombo, pandero, pandereta, timbal.
- Claves, caja china, güiro, castañuelas.
- Triángulo, platillos.
- Maracas, cascabeles, sonajas.
Con este particular método se pretende que los niños salgan del aprendizaje rígido que pueden tener en otras áreas, de manera que se fomente la improvisación y abran la mente a la creatividad.
Para el concierto ‘Babys don’t cry’ hemos adaptado algunos de estos recursos y los hemos combinado con sintetizadores, samplers, teclados, pedaleras de loop, y todo el arsenal que teníamos a nuestra disposición para acabar creando un proyecto que ya es para nosotros mucho más que una actividad paralela. ¡Tenéis que venir!
[Foto de Alireza Attari en Unsplash]